Mañana,
como cada viernes, trabajadores y usuarios de sanidad se concentrarán en las puertas de los
Centros de Salud de Cuenca capital para hacer visible
una vez más su rechazo a las políticas de recortes y al expolio de
derechos laborales y sociales que estos suponen. Una trabajadora nos cuenta
cuándo comenzaron con la protesta y por qué motivos.
Empezamos
a concentrarnos esta primavera en los tres Centros de Salud
de Cuenca. El Centro Cuenca II fue el que inició estas concentraciones e incluso
elaboraron una pancarta para la ocasión.
Los
motivos que nos llevaron a ello son los
mismos que mantenemos hasta ahora: defendemos la sanidad pública,
universal y de calidad. No queremos que los inmigrantes se queden sin cobertura
sanitaria, no queremos que se cierren las urgencias nocturnas de algunos
centros rurales, pues consideramos que la población rural se encuentra ya en
desventaja con respecto a la urbana y tienen el mismo derecho que
cualquiera a una atención pronta. Por otra parte, no creemos que la
privatización de servicios abarate los costes, pero sí que disminuye la calidad
de la atención. La disminución o eliminación de algunas medidas preventivas,
como las revisiones ginecológicas rutinarias, no sólo disparará los costes
económicos de la atención a medio plazo, si no que aumentará el número de
patologias y el sufrimiento de las personas. Los criterios economicistas están
primando sobre los sanitarios.
En los
Centros de Salud lo que más hemos notado ha sido
la acumulación de trabajo, al tener que sustituirnos unos a otros, lo que lleva
parejo que no podamos dedicar tiempo a lo que fue la razón de ser de la
Atención Primaria: educación para la salud, prevención, actividades
comunitarias..., además de que el poco trabajo que tenían los profesionales más
jovenes haciendo sustituciones se haya terminado.
En mi
Centro, concretamente, se han jubilado 1 médico y 1
enfermera y se han amortizado sus plazas, con lo que se han repartido los
pacientes entre el resto de profesionales, aumentando la carga de trabajo. No
es el único caso.
En los
Centros de Salud rurales la situación se agrava al tener
que desplazarse a varios núcleos de población y al hallarse siempre un
profesional librando la guardia de la noche anterior. Se da la
circunstancia de que, a veces, se han de suspender consultas en algún
consultorio por que los profesionales que quedan no pueden atender todo el
territorio a su cargo.
Personalmente
opino que la población no es consciente todavía de lo
que hay en peligro; cuando nos ven concentrados aún nos dicen "a
ver si conseguís algo", como si todo esto no fuese con ellos, parece que
la lucha fuera sólo de los sanitarios. Pienso que mientras los usuarios, que
somos todos, no se sumen masivamente a las protestas, poco o nada
conseguiremos. Admiro lo que están haciendo en Madrid, que es mucho
más de lo que nos cuentan.
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