12 marzo de 2013. Nota de prensa. Ayer noche, coincidiendo con el II aniversario de la catástrofe de Fukushima, un grupo de personas se reunió formando una cadena humana en el centro de la capital Conquense para decir alto y claro que "¡el cementerio nuclear no se pone!". En el acto se guardó un minuto de silencio y se leyó el siguiente texto.
El
11 de marzo de 2011 se registró un terremoto seguido por un tsunami
que tuvieron efectos devastadores en los 6 reactores de la central
nuclear de Fukushima-Daiichi y en otros 8 reactores de Japón.
El
terremoto ya produjo graves daños en los reactores de
Fukushima-Daiichi y el tsunami vino a completar la destrucción de
equipos vitales para la seguridad, lo que desembocó en una masiva
fuga de radioisótopos, sobre todo yodo y cesio.
La
humanidad se enfrentó así, a un nuevo accidente nuclear que ha
dispersado grandes cantidades de radiactividad en el medio terrestre
y en el mar.
Esta
catástrofe, ha supuesto y supondrá un enorme sufrimiento y sus
consecuencias no podrán ser evaluadas hasta dentro de muchos años.
Pero
aquí, en España, no se ha aprendido la lección. Así, tanto la
designación de Villar de Cañas para albergar el ATC, como los
terrenos concretos para su emplazamiento, lo han sido contra los
informes técnicos y por criterios puramente políticos, lo cual
supone un riesgo intolerable.
Tras
ser elegido mediante la presión de Cospedal para presidir ENRESA (la
empresa pública que gestionará el cementerio nuclear), la primera
decisión que tomó Gil-Ortega, fue la compra de los terrenos para
implantar el ATC, sin conocer antes si sus características eran
adecuadas y a escasos 2.000 m del casco urbano de Villar de Cañas.
Después
de ocho meses de sondeos, se mantienen las dudas en cuanto a la
idoneidad de los terrenos y si existen o no riesgos geomorfológicos.
Gil-Ortega,
ha defendido públicamente la energía nuclear, rompiendo la
neutralidad que ENRESA mantenía desde su fundación en 1984. De esa
manera, pone los recursos de la empresa pública, al servicio de la
privada industria nuclear.
Otro
asunto polémico, ha sido el nombramiento, por parte de Gil-Ortega,
de Carlos Dávila como jefe de prensa de ENRESA. Dávila, es conocido
por su ultraderechismo, sus declaraciones homófobas y sus condenas
por injurias.
El
último escándalo, es la relación entre la adjudicación de la
ingeniería principal del ATC (por 37 millones de Euros) a Ignacio
López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal. La
licitación se adjudicará a Iberinco, empresa de la que López del
Hierro es consejero y miembro de la Comisión Ejecutiva.
Esto
explica porqué María Dolores de Cospedal tenía tanto interés en
controlar ENRESA y porqué se tiró 6 meses peleándose con Soraya
Sáenz de Santamaría por poner a una persona de su confianza
(Gil-Ortega) como presidente de ENRESA.
Este
nuevo episodio de tráfico de influencias, demuestra que el ATC ha
creado una red de relaciones clientelares que poco tienen que ver con
la gestión de residuos nucleares. Y también demuestra las razones de Cospedal para traer el ATC a Castilla-La Mancha.
Gil-Ortega
actuá en la línea opuesta a la de muchos gobiernos, que están
aumentando las exigencias de seguridad de las instalaciones
nucleares, tras la terrible catástrofe de Fukushima. Así en
Alemania o Suiza se lleva a cabo el apagón nuclear paulatino y
definitivo.
Las
actuaciones de Gil-Ortega se han demostrado irresponsables, opacas,
motivadas por los intereses políticos de quien le nombró y con
vistas a la compra de voluntades.
Por
ello, la Plataforma solicita públicamente que Francisco Gil-Ortega
no siga ni un día más en la presidencia de ENRESA, puesto que sus
decisiones tendrán como consecuencia más riesgos para la población,
añadidos a los altísimo que ya lleva intrínsecos el silo nuclear.
Mientras,
en el Ayuntamiento de Villar de Cañas, cuando el cementerio nuclear
entró por su puerta, la democracia salió por su ventana. Confiemos
en que el Supremo ponga las cosas en su sitio y nos de la razón en
los tres recursos que hemos interpuesto.
Compañeras,
estamos aquí y ahora, juntas y unidas en la defensa de lo que es
nuestro. Ahora, tenemos que darnos ánimos unas a otras y entrelazar
nuestras manos y pelear hombro con hombro para no desfallecer y decir
alto y claro, ahora y siempre:
¡EL
CEMENTERIO NUCLEAR NO SE PONE!
Fotografía de portada e imágenes del evento en:
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