19 de julio de 2013. Nota de prensa. “Ciudadanos por la República” de Cuenca
ha hecho entrega en la Subdelegación del Gobierno de un ejemplar del
censo de vestigios franquistas de la provincia de Cuenca y ha pedido que
inste a Alcaldes y al obispado de Cuenca a que cumplan con la Ley
57/2007, de 26 de diciembre, más conocida como de Memoria Histórica..
Coincidiendo con el aniversario del golpe de estado que hace 77 años llevaron a cabo diversos generales del Ejército español encabezados por Franco, Mola o Queipo de Llano contra el legitimo gobierno de la IIª República, la Asociación republicana ha hecho entrega en la subdelegación de Gobierno en la provincia de Cuenca de un ejemplar del “censo de vestigios franquistas” que fue elaborado por esta Asociación donde queda reflejado la permanencia de simbología que supone exaltación de este golpe militar y de la dictadura posterior, en unos 66 municipios de la provincia.
Representantes del colectivo republicano han registrado un escrito dirigido al Sr. Mariscal en el que dicen aportar su trabajo y estudio, que contó con el auspicio y promoción económica del Ministerio de Presidencia, para que conozca cuales y donde se ubican estos vestigios del régimen dictatorial y poder actuar de oficio para hacer que se cumpla la ley de Memoria Histórica.
Representantes del colectivo republicano han registrado un escrito dirigido al Sr. Mariscal en el que dicen aportar su trabajo y estudio, que contó con el auspicio y promoción económica del Ministerio de Presidencia, para que conozca cuales y donde se ubican estos vestigios del régimen dictatorial y poder actuar de oficio para hacer que se cumpla la ley de Memoria Histórica.
Una ley que siete años después sigue vigente pero sin cumplirse por muchos Ayuntamientos y por entidades privadas como la iglesia Católica pues dentro del citado censo no solo abunda la presencia en la nomenclatura y callejero de nombres de generales golpistas, líderes políticos que apoyaron el golpe de estado y la dictadura, ministros franquistas, alusiones a la fecha del golpe de Estado, etc, sino también la existencia en al menos 10 municipios de placas incrustadas en las paredes de las respectivas iglesias parroquiales o monumentos junto a estos edificios propiedad del Obispado donde se consagra la memoria de los caidos “por Dios y por España”, siempre encabezados por la leyenda “Jose Antonio. ¡Presente¡”.
Desde la Asociación republicana de Cuenca se solicita al subdelegado del Gobierno a que inste a Ayuntamientos y al obispado para que cumplan con lo que la normativa recoge y procedan a la retirada de esta simbología. “Igual que desde la administración central se controla y supervisa el cumplimiento de otras leyes en materia financiera, laboral, social, etc., consideramos que la ley 57/2007 no puede ser una excepción y esperamos que el subdelegado no mire para otro lado y ejerza su autoridad en el ámbito territorial que le corresponde”, señalaron desde el colectivo republicano.
Por último, desde Ciudadanos por la República, hicieron suyas algunas de las conclusiones que el historiador y profesor de la universidad de Granada, Miguel Ángel del Arco hace en su trabajo “Sangre y cruces: monumentos conmemorativos de la guerra civil española”:
“El franquismo hizo que España respirase durante años una ‘cultura de la victoria’ que ensalzaba la guerra civil y su recuerdo, situando a sus héroes y a sus mártires como salvadores del futuro, como ejemplo a seguir por todos los españoles.
Pero fue una cultura que apostó por la no-reconciliación, que no hablaba de perdón, que no cerraba las heridas, sino que ansiaba mantenerlas abiertas para que la guerra civil, razón de ser del régimen, estuviese siempre presente.
Los monumentos a los caídos fueron el símbolo de aquellos días. Un símbolo de una interpretación maniquea y oficial de la guerra civil.
Pero además, el régimen de Franco consiguió modelar y oficializar esa memoria, dando coherencia y unidad a la ‘cultura de la victoria’. Sin embargo, lo esencial no había cambiado: el recuerdo a los caídos y la interpretación de la guerra civil como una lucha en la que el Bien, los sublevados, habían salvado a España y vencido al Mal. La sangre de los caídos en combate garantizaba el futuro; su recuerdo, la perpetuación del régimen franquista”
“Y esa perpetuación permanece en muchos pueblos de la provincia de Cuenca a pesar del paso de los años, de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica y de las voluntades de reconciliación democrática, tal y como queda constancia en nuestro trabajo de investigación y recopilación”, concluyeron finalmente desde Ciudadanos por la República de Cuenca.
Desde la Asociación republicana de Cuenca se solicita al subdelegado del Gobierno a que inste a Ayuntamientos y al obispado para que cumplan con lo que la normativa recoge y procedan a la retirada de esta simbología. “Igual que desde la administración central se controla y supervisa el cumplimiento de otras leyes en materia financiera, laboral, social, etc., consideramos que la ley 57/2007 no puede ser una excepción y esperamos que el subdelegado no mire para otro lado y ejerza su autoridad en el ámbito territorial que le corresponde”, señalaron desde el colectivo republicano.
Por último, desde Ciudadanos por la República, hicieron suyas algunas de las conclusiones que el historiador y profesor de la universidad de Granada, Miguel Ángel del Arco hace en su trabajo “Sangre y cruces: monumentos conmemorativos de la guerra civil española”:
“El franquismo hizo que España respirase durante años una ‘cultura de la victoria’ que ensalzaba la guerra civil y su recuerdo, situando a sus héroes y a sus mártires como salvadores del futuro, como ejemplo a seguir por todos los españoles.
Pero fue una cultura que apostó por la no-reconciliación, que no hablaba de perdón, que no cerraba las heridas, sino que ansiaba mantenerlas abiertas para que la guerra civil, razón de ser del régimen, estuviese siempre presente.
Los monumentos a los caídos fueron el símbolo de aquellos días. Un símbolo de una interpretación maniquea y oficial de la guerra civil.
Pero además, el régimen de Franco consiguió modelar y oficializar esa memoria, dando coherencia y unidad a la ‘cultura de la victoria’. Sin embargo, lo esencial no había cambiado: el recuerdo a los caídos y la interpretación de la guerra civil como una lucha en la que el Bien, los sublevados, habían salvado a España y vencido al Mal. La sangre de los caídos en combate garantizaba el futuro; su recuerdo, la perpetuación del régimen franquista”
“Y esa perpetuación permanece en muchos pueblos de la provincia de Cuenca a pesar del paso de los años, de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica y de las voluntades de reconciliación democrática, tal y como queda constancia en nuestro trabajo de investigación y recopilación”, concluyeron finalmente desde Ciudadanos por la República de Cuenca.
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